Si por un instante Dios se olvidara de que soy una marioneta de trapo y me regalara un trozo de vida, posiblemente no diría todo lo que pienso, pero en definitiva pensaría todo lo que digo.
Daría valor a las cosas, pues tendemos a olvidar la importancia que tienen a diario estas, y no por su valor , si no por su significado.
Dormiría poco , pero sonaría mas , pues cada vez que cierro los ojos pierdo un minuto, 60 importantes segundos.
Si Dios me obsequiara un trozo de vida,
vestiría sencillo, y no alardearía , pues la humildad, es solo del que sabe vivir con lo que tiene.
Si yo tuviera un corazón, escribiría mi odio sobre el
hielo, esperaría a que saliera el sol. Pintaría con un sueño de Van
Gogh sobre las estrellas un poema de Pablo Neruda, y una canción de
Serrat seria la serenata que les ofrecería a la luna y a las estrellas que cada noche la acompañan en su velada.
A un niño le daría alas, pero le dejaría que él solo aprendiese a
volar. A los viejos les enseñaría que la muerte no llega con la
vejez, sino con el olvido.
Tantas cosas he aprendido de la gente... He aprendido que
todo el mundo quiere vivir en la cima de la montaña, sin saber que la
verdadera felicidad está en la forma de subirla..
He aprendido que cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño, por primera vez, el dedo del padre, lo tiene atrapado por siempre.
Son tantas cosas las que he podido aprender de las personas, pero que realmente de mucho no servirán, porque cuando me guarden
dentro de esa maleta, infelizmente me estaré muriendo.
Y entonces nada quedará , tan solo mi cuerpo y mis palabras, mis palabras que se perderán en el tiempo...
