miércoles, 25 de noviembre de 2015

Aquello que llamamos Hogar

Cada mañana una alarma, un café y unos cuantos "tweets" en el time line,

Cada mañana una periódico sensacionalista con una portada de todo lo que va mal, un hola seco del vecino de abajo y un vagón de metro con sus empujones,

Cada mañana de Lunes se llena de caras tristes, cada mañana de viernes repleta de mil esperanzas llenas de sonrisas envueltas en fin de semana,

Cada mañana cien planes, miles de tareas  y millones de ideas que se van perdiendo con el paso de las horas.

Cada mañana el mismo trayecto,  las mismas caras y la misma dirección en tu camino.

Así cada mañana, para que cada noche puedas recordar que llegaste hasta aquí porque todo lo que haces es HOGAR.

Hogar puede ser una oficina, una pista de atletismo, un gimnasio o puede ser el bar cutre de la esquina donde cada mañana desayunas o cada noche tomas algo.

Y cada noche que aprendas que si quieres cada mañana puede ser diferente, y no por el o ella, ni siquiera por nadie, la idea de amor romántico se ha suicidado y tan solo se la ve escrita de vez en cuando en los libros de un tal Paulo Cohelo.

Porque sí. porque si cada mañana es igual es porque te gusta, y porque si algo te gusta no debes dejar de hacerlo. El problema igual viene en que no te gusta y no hagas nada por cambiarlo.


Somos de quien nos cuida, y quien/que te cuida siempre será tu Hogar.




Roberto López Martín

lunes, 9 de noviembre de 2015

Todo, nada y nunca



Todo fue silencio antes de volverse ruido,
Todo eran noches, hasta que se volvió día,
Todo eran sonrisas y risas cómplices antes de marcar una nueva despedida,
Todo, fue duro, hasta que a base de golpe lo hicimos blando,
Todo parecían años, hasta que se convertían en segundos,
Todo fue ir hasta que tu un día decidiste venir,
Todo siempre fue difícil, y cuando pudo ser fácil lo hicimos imposible.
Todo, siempre todo, y olvidamos que Todo nació de la Nada...




Y así fue lo nuestro, NADA,
Nada en el que nos dijimos de Todo,
Porque nada fue todo y todo nunca fue.




Roberto López Martín

sábado, 7 de noviembre de 2015

Hablemos de sexo

Hablemos de sexo, te digo, mientras esbozas una sonrisa tímida que parece decirme que para que hay que hablar si se puede practicar...

Te propongo hablar de sexo, y puedes preguntarte que porque sobre ese tema, mientras te miro a los ojos y te digo que contigo quiero follarme todos los tabues del planeta entero.

¿Qué por qué no hablamos de Guerra? Vale, hablemos guerra

Llevas razón, nada absolutamente nada está exento de guerra,pero tampoco de sexo... Aún a riesgo de parecerte algo atrevido, debo de decirte ya que hablas de guerra, que no conozco guerra mas grande y mas absolutamente bella como la de hacer el amor, porque quien te diga que las grandes batallas son las de Waterloo, la de trafalgar o la II Mundial, es que ha follado poco, es que no ha vivido una noche de crujir de muelles entre unas sabanas y un 2 de agosto, mientras hay 40 grados de temperatura y no hay aire acondicionado.

Venga va, ahora me vendrás con la jodienda de decirme que en la vida no todo es sexo, vale... Pues si, para bueno o para malo SI y sin ser tan "romántico", que no se si lo he sido (si no, no me lo hagas saber porque me da igual, y seguiré durmiendo del tirón a menos que a mis vecinos les de por arrancar la fiesta) debo de decirte, que el mundo trata de eso, de sexo ya sea del real o del metafórico.

Unas veces das con gusto, otras te dan con gusto y otras te joden de manera salvaje, pero esto no lo ves como un tabu, será que nos hemos acostumbrados a estar tan terriblemente jodidos que hablar de un acto tan natural se convierte en algo obsceno, bulgar ordinario y digno de un candidato a la casa de GH.

A la mierda todo, a la mierda todos los tabues y a la mierda todas esas manías porque desde que te he conocido, siento que el único que puede joder sin ser jodido soy yo.

Así que a mi, déjame hablarte de sexo... A mi déjame ser tu guerra en la que esta es de esa en la que los dos ganamos...


Roberto López Martín