lunes, 19 de diciembre de 2016

MILÁN

Te llamé Milán y digo te llame porque no creo que vuelva ni siquiera a llamarte.
Ni si quiera jamás te llamé así, pero es mejor que tu verdadero nombre al menos eso pienso ahora.

Es curioso, Milán podría encajar perfectamente con la descripción de eso que nos pasó o bueno, eso que más bien nos adelantó, no puedes imaginarte como era de veloz aquello, un ferrari podría parecer mas bien una bicicleta de hierro.

Que rápido te visite, que rápido entre, que rápido me dejaste ver todo aquello que al principio yo no quise ver y que rápido me di cuenta de como iba a acabar todo, aunque para ser te sincero me di cuenta una vez estrellado, esta vez por tanta velocidad, y es que se ve que olvide esos anuncios de la DGT de modere la velocidad, si , una vez mas.

De Milán podría decir que era cambiante (supongo que aún lo es), mentirosa como sus políticos o bueno como los nuestros... Enérgica como el que se toma un doble expreso bien largo, no como ese que te sirven aquí en Italia, caprichosa como su galería, y también tan caliente como un volcán o tan fría como un amanecer invernal en esta propia tierra de la que al final mientras tu me invitabas a salir yo ya sabía que saldría casi tan rápido como empezó todo. Y es que lo que rápido viene ... No se si era así el refrán pero aún mas rápido se va.

Que irónico todo, yo casi experto en esto del correr, de la velocidad, de todo aquello relacionado con la actividad anaeróbica,  y aún no se marcar un ritmo, tampoco corriendo.

Es por eso que casi me fui sin despedirme, sin decirte ni que me iba, yo no quería estar mas y tu tampoco que lo estuviera, aunque así no lo dijeras... Entonces que sentido tiene despedirse? No hay nada de peor educación que hacer aquello que no quieres hacer, porque es una falta de educación a aquello en lo que crees, y no hay nada peor que faltarse el respeto a uno mismo, al menos eso pienso yo.

Y sí, tu esta vez no tienes nombre de país, casi podrías no tenerlo ni de ciudad, mas bien de pueblo grande y quizás es por eso que todo duro menos, todo en muy poco tiempo y al final para nada.

Y ahora sí, ya que acabo todo solo puedo decirte una cosa Milán, Addio...





Roberto López Martín