domingo, 22 de enero de 2017

Hoy te hablaré de piernas abiertas...

Te han hablado alguna vez de piernas abiertas?

Las he visto de todo tipo  te diría incluso que hasta las he abierto cuando las circunstancias se han dado y por supuesto otras que lejos de abrirse se han blindado antes incluso de llegar ni a avecinarse.

Las he visto infinitas y de piel rosada, las he visto doradas y fuertes, blanquitas y con un poco de celulitis pero mas allá de los adjetivos las he visto temblar a la vez  que se bañaban por la marea que corría debajo de ellas cuando la banda sonora era la del placer.

He visto y abierto tantas, sí. Quizás no me creas, quizás tampoco cuando te diga que jamás abrí unas como las suyas, que las abrí sin querer, que las abrió porque ella quiso, así, rápido, sin que yo si quiera lo esperara y sin ni siquiera tener intención lo cual es raro en un tipo como yo…
Eso si, también se cerraron de la misma manera, sin avisar, sin yo querer y aún mas rápido que se abrieron, pero que bonito fue verla mojar las bragas, las sábanas, sus piernas y hasta las mías, aunque solo fuera por un par de días y una sola noche, porque eso es lo que duró lo nuestro, poco más que lo de Sabina…


Y mientras dilucido como serán las próximas que se puedan abrir, aquí sigo intentando encontrar la palabra del refrán que me diga que donde se cierran unas piernas se abren… el qué?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Erótico